
Del mar a su mesa “Un comercio que no descansa"
Una faena llena de peligros en la alta mar viven los pescadores a diario para traer el marisco a los ecuatorianos.

Muelle la Caraguay, el punto de llegada de las embarcaciones con mariscos.
Uno de los mercados más reconocido de la ciudad de Guayaquil es “La Caraguay” ubicado en el sur de la urbe, caracterizado por su gran influencia en el comercio de mariscos y pescados, visitado a diario por muchos compradores de diferentes sectores.
El olor penetrante a mariscos, el agua en los pasillos y el trato amable entre vendedores y clientes es el ambiente que se vive en el mercado municipal Caraguay, el comercio de este mercado es inextinguible, ya que se encuentra abierto las 24 horas del día, debido a que la llegada de los mariscos varían según las mareas. “Nos quedamos tres días o 4 días en la pesca, traemos un quintal o dos quítales entre corvina, bagre, etc. La corvina la vendemos a $1 la libra y el bagre a 2$ y aquí los dueños de los negocios lo revenden a otro precio” Acotó Enrique Cruz pescador de 60 años de edad y trabajando más de 40 años en el amar.
Para muchos consumidores ingresar a este sitio es aventurarse en búsqueda del “pescado ideal”. Este mercado cuenta con muchos locales comerciales como puestos de vendedores de pescado recién llegados del mar y los venden a todos los clientes que cotizan por diversos puestos, también hay restaurantes que ofrecen una pluralidad de platos preparados por este marisco.
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El movimiento se marcaba en el ir y venir de las carretillas y el gran número de vehículos que ingresan al establecimiento. La desesperación de los comerciantes por llamar la atención de los compradores era intensa por doquier, el reloj apuntaba las 12:45 de la tarde y Germania Angulo muy emotiva vendía sus mariscos a un precio accesible para el consumidor donde para persuadir a la gente decía “lleva un producto de primera, fresco, el precio del picudo está a $6 dólares y aquí lo vendemos a $5” y el Robalo a $4”.
Las amas de casa empezaban a llegar en busca de camarones y pescado y se encontraban con el bullicio de las promociones de los comerciantes, quienes a todo pulmón prublicitaban sus productos. “Venga casera, la mejor corvina a buen precio”. Patricia Monserrate acompañada de su esposo comentó que “elige este mercado porque el producto es traído directamente al público y se lo encuentra aún fresco” llevándose en fundas una corvina de 15lbs y un Robalo de 8lbs.
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El Entusiasmo, humildad y el respeto son las características principales de todos los comerciantes de ese lugar. Sus jornadas inician desde las 04:30am cuando acuden hasta los botes o lanchas que llegan desde la Isla Puna, Posorja, la isla Jambeli o desde la altura de la isla Santay hasta el muelle del mismo mercado. Es el caso de María que lleva cocinando 22 años en el restaurante de Mauricio Martínez ubicado en el mismo espacio. Ella realiza la compra del pescado en el mismo sitio sin necesidad de acudir a otros mercados.
“El caldo de Bagre es el más vendido junto con el ceviche de pescado y la corvina frita y es aquí en este plato que varía el precio según el porte de la corvina” señaló.
En la Caraguay todo pasa muy rápido. La mayoría de clientes quieren las tres B (bueno, bonito y barato), pues todo aquel que entra no se va sin llevarse algo. Sean fundas, gavetas, baldes o sacos, cualquier forma de transportar sus compras es válida para no quedarse sin una parte.


Pescado fileteado, listo para ser comprado por los consumidores.
Compradores cotizan por los diferentes puestos, hasta encontrar el pescado ideal.

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